23 feb 2012

La casa por el tejado

Imagínense que mi deporte es el automovilismo, y la prueba más importante es el Dakar. Tengo un auto de los peores y unos ingresos que me pueden hacer mejorar el auto paulatinamente. Cada año que invierta en su mejora su nivel aumentará, pero claro, no puedo participar en el Dakar, ya que los ingresos no son suficientes para las dos cosas a la vez. La otra opción es gastarme lo que tengo, participar y tener muchas posibilidades de hacer el ridículo.

Bien, pues mas o menos es lo que pasa en algunos países con el Balonmano, se gestionan los recursos participando en campeonatos que el único bagaje que dejan es un viaje gratis para los que asisten (quizás ese sea el motivo oculto que mueve a los gestores). Mientras se invierten sumas importantes de dinero en esos viajes, para los que quedan no hay nada o quizás unas migajas con las que contentarlos, es decir, en mi opinión, se empieza la casa por el tejado

Y yo me pregunto si se desconoce que para recoger es necesario sembrar, otra de las opciones que puedo llegar a pensar es que hay demasiada confianza en la generación espontánea.

Otra cosa es organizar en el propio país una competición, ello lleva a la implicación de muchos estamentos, provoca muchas veces más inversiones gubernamentales e incluso a veces se trazan planes de capacitación y masificación. Un ejemplo claro del beneficio de ello pueden ser los JJOO de Barcelona en 1992, se implantaron políticas de desarrollo del deporte que luego han dado muy buenos frutos.

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